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"Promesa para pecar #2"

Escrito por M.C.

mccl75@hotmail.com



...sé que estaremos junto en un sueños...

Suena el despertador y ¡adiós a mi caballero!


¡¡Buenos días realidad!!, como todos los días me desperezo, agradezco a Dios que estoy viva un día más, y me destapo para comenzar la rutina diaria que abraza mi vida, me pongo mi pantalón del pijama, los tenis y con una sonrisa me levanto, abandono mi cama con la esperanza de que esta noche volveré a estar en tus brazos… sé que estaremos juntos en un sueño, te abrazo y siento que ya te extraño.


Voy al baño, me miro al espejo, me sonrío y me hablo amablemente: “buenos días bella, otro día más para elegir ser feliz, eres buena, eres bella, gracias cuerpo por sostenerme la espalda, gracias por haber siempre estado ahí para mí aunque he abusado de ti, te amo”. Me lavo la cara, los dientes, hago pis y salgo a preparar el desayuno y allí comienza la repetición automática de la rutina, saco la alarma de la casa, abro las persianas, corro las cortinas, le doy agua y comida a la perra y me siento frente al ordenador mientras me tomo mi café matinal, alrededor de las siete ya el reloj marca que la casa y sus habitantes comiencen a despertar. ¡Adiós al placer del silencio y del canto de las aves, ver el amanecer en santa paz!


Vamos me digo comencemos, un día más, vamos que podemos me doy ánimos y comienza la rutina de los desayunos para mi familia, para que a las 8.00 todo vuelva al silencio y la quietud. Una vez que cada uno se encamino a sus tareas de lunes a viernes, me encuentro en absoluto silencio en una casa sin vida. Hago mi rutina de ejercicios y disfruto mi ducha matinal, siento como el agua caliente recorre cada palmo de piel, cada centímetro donde allí en mi sueño estuviste tú ganando cada batalla, cada resistencia, cruzando cada frontera y llevándome al paraíso, la nostalgia se apodera de mí, siento ganas de llorar, ¿y por qué no?, si vivirte sin extinguidor al lado ¡vale las lágrimas de nostalgia! Como autómata me enjabono, me lavo el pelo, mientras la música suena suave en la bacha haciéndole compañía a mi soledad. Una dos canciones y continuó automáticamente lavándome el pelo, el ritual diario que se exige para la conservación de la eterna belleza y juventud, cierro el grifo y procedo a escurrir mi pelo y envolverlo en la toalla y me envuelvo con otra mi cuerpo para retirar el exceso de agua y comienzo lentamente a secarme y observándome en el espejo hago un recorrido por él, cuantas batallas, cuantos juicios, que si la lonja, el busto caído, las piernas flácidas, porque no puedo honrarlo como lo hiciste tu anoche, lo observo y que veo, veo un abdomen marcado por las cicatrices de las batallas más dura que tuve que fue gestar a mis soles, allí quedaron sus marca, mi cuerpo los cobijo, los nutrió, los hizo sentir seguros del mundo y así me sentí yo, como su mama, la mujer maravilla, no hay experiencia indescriptible que gestar y dar vida, que regalo para ellos y para mí! Pero hoy ha pasado el tiempo y no lo veo así, hoy solo veo un campo de batalla marchito, un campo que tratamos de que vuelva a florecer. Luego de mi rutina de mimos diarios, cremas, agua de rosas, cremas de peinar para el cabello. Comienzo a vestirme, me pongo mi ropa interior, si la que me queda cómoda, la que no es invitación a sentirme sexy ni que invita al placer y el conjunto de ropa que haya elegido para enfrentar mi día.

Adecento mi casa lo más que se puede en los diez minutos que me quedan para irme, hago las camas, pongo ropa a lavar, lavo lo que se ensucio en el desayuno y me lavo los dientes, me maquillo los labios con colores fuertes y mates para disimular las ojeras y salgo para la oficina… Ya haciéndome a la idea que la primera batalla diaria finalizó y comenzó la segunda hasta el mediodía, el ejercicio de la profesión que escogí como medio de vida.


Aún llevo el sabor de tus besos en mi piel, aún percibo el aroma de tu piel que piensa acompañarme todo el día, como puedo concentrarme cuando tú tienes mi atención, como se acelera mi corazón de solo pensarte, espero soñarte nuevamente esta noche, espero estar en tus brazos, por favor venme a buscar en mis sueños, no te rindas no me abandones, tú sabes como amarme, deja que tu aroma guie el camino mientras mi ojos permanecen cerrados, preguntaré debilidades en la ruta de mis manos y trataré de confesar algunas debilidades, abriré mis ojos que esperaran a tu sonrisa perversa y ahí, juntos tu y yo, en la isla de nuestros antojos no podrás huir.


Escrito por M.C.

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