Serie: "...¿evocación romántica?..."
Richard R. Crown, es un autor novato tratando de escribir en un género romántico. Vive en un resquicio del mundo y en esa extraña realidad alterna dónde todavía existen pupilas dilatadas en miradas románticas de parpadeo procrastinado, Lunas de balcón, sonrisas de complicidad silente y sueños de legítima esperanza enamorada.
A lo largo de algunos meses, por alguna extraña razón subrepticia, Richard R. Crown escribió a manera de blog las esbozos e ideas de muchos textos y lo hizo sin darse cuenta de si tenían valor poético o de conocimiento literario.
Un buen día, se dio cuenta que eran unos 250 textos ya escritos y que solo podía ser un efecto de una inspiración y una motivación muy especial.
Fue entonces cuando se dio cuenta que muy novato, muy novato, muy novato pero tal vez podían ser publicados porque aunque en el mundo hay personas que no son románticas, también existen algunas románticas que pueden disfrutar el amor con miel de la traza descriptiva en que en la fantasía distopia nace para imaginar una conquista.
Fue así como nació la serie "...¿evocación romántica?...", la primer serie de Richard R. Crown. La serie comprende cuatro libros: "Solo por contar", "Cuentos de almohada para Aleen", "En tu nombre, tanto tiempo!!!" y "La sonrisa incólume que no procrastina saciar la sed de antojo". Los cuatro son libros independientes, no son seriados; no obstante, queda en evidencia que la dedicatoria es común en los cuatro libros. En cada uno de los cuatro libros se muestran textos, reflexiones, odas y cuentos.
Gracias a la capacidad novata e incipiente de Richard R. Crown, será una mezcla sin clasificación literaria digna de crítica por los expertos. Sin embargo, tenga la seguridad que estas reflexiones buscan la mejor inspiración, creatividad y cristalización desbordada.
Se sabe poco de Richard R. Crown en el vida de real, es un autor que nunca ha firmado libros ni convocado a firmas de autógrafos. Más bien lo conocemos por su actuar romántico a lo largo de los libros y suponemos que es atento, caballeroso y detallista.
A lo largo de la lectura de la serie, el lector empatiza con la musa y con Richard R. Crown, ambos atormentados por distintas razones. La serie ni siquiera tiene antagónicos... diríamos que es una pésima serie porque solo hay protagónicos... y en realidad no se requieren, porque los antagónicos son los propios demonios de los protagónicos.
Lo que si se observa es que Richard R. Crown no solo convierte al amor de su vida en musa, sino que la cuida en cada narración en toda la serie, vamos! aun en los momentos más difíciles para Richard R. Crown, le sigue dando el lugar a la musa y adicionalmente no revela información que la evidencie.
La serie es un gran tributo de entrega a su musa, dónde se da el lujo de decirle en su cara que lo derrite y que se declara en estado enamorado estúpido catastrófico. Es claro que la vida de Richard R. Crown tuvo un sentido y motivación cuando conoce a la musa y justamente, como forma de agradecimiento le devuelve a la musa en forma de libros los suspiros que le robó prepotentemente.
¿Por qué cuatro libros?, desde luego porque Richard R. Crown se desborda en creatividad pero conociendo el instinto "retador" de Richard R. Crown, también es un mensaje para el siguiente pretendiente de la musa, cualquiera que sea, deberá llegar con una serie de cinco libros inspirados como mínimo.... ya para entonces, el lector pensará que la musa existe y que Richard R. Crown existe pero finalmente, tanto la serie como como los protagónicos viven en el género de la ficción distopía, o en la fantasía distopía.
El autor, el mismo Richard R. Crown, lo llevará a un mundo dónde el lector perderá la certeza si es un mundo real o irreal, incluso el lector dudará que su propia realidad sea la realidad. Le aseguramos que si sigue con cierta cadencia y lectura atenta los detalles, puede ir del llanto emotivo desconsolado a la risa de la realidad estúpida en la que los humanos nos vemos envueltos... todo en la misma página. Para desfortuna del lector, Richard R. Crown lo atrapará desde el primer momento y lo peor es que el mismo lector no sabrá si Richard R. Crown es brutalmente inteligente o estúpidamente estúpido... ah! pero el lector se confrontará con su pasado y presente personal al momento de su propia "...¿evocación romántica?...".