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"...P.D. Aún te amo y no podemos ser amigos..."

Actualizado: 15 ago 2021

"...P.D. Aún te amo y no podemos ser amigos..." de Richard R. Crown, del nuevo libro "Sensitiva" México, 2021 © Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra.




...hay diálogos puntuales que puntualizan que aún se aman y son de mecha corta, dicho de otro modo, dónde hay un amor sincero, siempre quedan vestigios...

Llegó puntual a la cita a la que él había sido convocado mediante un papel con instrucciones precisas "visítame en la tarde, sabrás encontrarme"...


En efecto, caminando y dudoso de la ubicación, llegó al lugar, se asomó por el cristal... ¿será ella?, se ve renovada y muy guapa, ¿será?... y antes de tocar la puerta se quedó contemplando unos segundos, observando el detalle de su apariencia mientras ella estaba concentrada en el monitor...


Tres toques suaves a la puerta con el dedo índice...


—Pasa —dijo ella sin separar la vista del monitor.

—Te estaba esperando, solo tu tocas así la puerta —Dijo ella mientras sonreía mientras cambió su mirada del monitor al teléfono sin voltearlo a ver a él, en claro nerviosismo mostrado—. Dame unos segundos, solo contesto un mensaje, Siéntate, ponte cómodo.


En ese momento, un trueno se escuchó en la ventana más cercana anunciando lluvia renovadora y fresca, sin saber si sería llovizna o diluvio.


Después del trueno ella volteo.


—Tanto tiempo, gracias por venir —le dijo ella en voz pausada y sin parpadear—. Finalmente ambos tenían las miradas frente a frente.


Se escuchaba un silencio y la llovizna que pegaba en los cristales, mucho viento pero poca lluvia.


—Quiero empezar. —Dijo él decidido a ser sincero mientras sus ojos se cristalizaban—. Mientras acomodó su silla.


—Déjame ponerme el cubrebocas. —Dijo ella mientras se levantaba al cubrebocas que estaba más lejano y con toda intención para ser vista de cuerpo entero—. Mientras él detallaba su figura y su outfit.


—Te ves en tu mejor momento, más guapa que hace años —dijo él con toda seguridad sabiendo que era sincero—. Sin quitarle la vista de encima, situación que ella disfrutaba.


En tanto el rubor se apoderó de ella.

—Voy a empezar antes de que te pongas más roja. —Dijo él preparando su siguiente diálogo y esperando a que ella se sentara en su silla y estuvieran frente a frente.


—Primera cosa, quiero decirte que aunque no haya sido real o estuvieras alimentando tu ego, para mi fue hermoso sentirme entusiasmado por conocerte y me hiciste sentir enamorado, exclusivo e importante por conquistarte. —Dijo él afirmando de forma agradecida algo que a claras luces había sido una historia previa de enamoramiento para él.


Hizo una pausa emocional para poder tomar aire y cuidar la continuidad de su voz.

—Segunda cosa, sé que dudaste mucho en aquel entonces, tal vez no te la pasaste nada bien pero quiero decirte que mi enamoramiento hacia ti era real, sincero y que realmente te considero una mujer increíble desde entonces hasta hoy, sí, hoy. —Dijo él confesando su amor por ella, o más bien reafirmando sus sentimientos.


Una lágrima rodó después de inundar sus ojos vaciando el sentir de su alma a través de sus ojos.

—Tercera cosa, decirte personalmente, que quiero darte la seguridad de que hiciste lo correcto cuando tenías que decidir, no importan las razones, sea lo que sea como lo decidieras, sé que hiciste lo correcto... y bueno, yo hice lo que hacen los caballeros, que es respetar a la señorita y aguantar el dolor para no molestarte. —Dijo él con la voz afectada y apenas terminando con aire el diálogo.


Se hizo una larga pausa de miradas mientras la lluvia arreciaba afuera como presagio de una escena irrepetible.


—Yo sigo, te llame para decirte tres cosas también. —Dijo ella decidida.


—Primera cosa, quiero decirte que fui una persona confundida y en ese momento no sabía todo lo que pasaba por mi cabeza y que por estar confundida te lastime mucho, de verdad lo siento, quiero que sepas que no fue mi intención, te vi sufriendo, no te tendí un abrazo y no fui clara. —Dijo ella ya con lágrimas a punto de derramarse y con la voz baja porque no podría reunir aire suficiente por la emoción.


Tomó aire y siguió

—Segunda cosa, ¿sabes?, fui sincera, también me enamoré, confundida o no, estaba enamorada y sí, eres muy importante para mi, conocerte fue un cisma sentimental, fue real. —Dijo ella mientras una de las lágrimas llegaba al cubrebocas.


Y sin hacer una pausa decidió terminar.

—Tercera cosa, sé que por lastimarte perdí la oportunidad de ser tu amiga y tu de ser mi amigo, y quiero pedirte una disculpa por perderte como amigo, actualmente podríamos ser amigos y llevar vida normal de amigos. —Dijo ella disculpándose pero invocando una respuesta de él.


Otra pausa de miradas mientras se escuchó otro trueno dos segundos después de un relámpago. Ambos limpiaron sus ojos sabiendo que estaban viviendo una charla que no volvería a tener.


Él se apuró a responder...

—Quiero agregar tres cosas más respecto a lo que me dices. —Dijo él sin quitarse de encima las miradas.


—Primera cosa, me sigues gustando y te sigo queriendo como el primer día y quiero pedirte que nunca te arrepientas por haber dudado, eso es parte de la irracionalidad humana y de haber sentido enamoramiento, la verdad me encantó sentirlo y no me lo hubiera perdido por nada, es más aun sabiendo el resultado lo repetiría. —Dijo él con seguridad en la respuesta y con voz firme.


Siguió de forma continua sin dejar espacio.

—Segunda cosa, gracias por decirme todo esto, es importante porque no quisiera morir con esa duda y estás siendo muy sincera, te agradezco por este momento, sé que aflora tu alma, gracias, gracias. —Dijo él creando expectativa de tu tercer y último punto.


Y siguiendo al ritmo de gracias se estaba levantando de la silla camino a la puerta, cuando los ojos de ella se hicieron grandes.


—Espera!, espera!, no me dejes así, eran tres puntos. Bien que sabes que espero tu tercer réplica —Dijo ella urgente.


Entonces, él detuvo su paso y lentamente movió la cabeza hacía ella, la miró fijamente, se quitó el cubrebocas y tomó aire, movió los labios como tratando de anticipar el aire que utilizaría pero intencionalmente no emitió sonido. Mientras tanto su mirada era fija para ella.


Caminó dos pasos, se colocó frente al escritorio y se inclinó para colocar su cara frente a su cara a solo unos 50 centímetros de distancia.


Con toda calma, bajó lentamente el cubrebocas de ella, contemplo sus labios unos segundos como tratando de memorizarlos y sin poder ocultar una sonrisa de placer por estar frente a ellos.


—¿Sabes?, aún te amo y todavía sigo siendo débil ante ti, y no, lo siento, no podría verte como amiga jamás, estoy seguro que no lo lograría, jamás te veré como amiga y ni pienso intentarlo. —Dijo él con voz tan suave y en volumen tan bajo que fue hipnótico para ella.


Y mientras ella seguía congelada, él se acercó a la puerta y mientras giraba la perilla volteó encontrando la mirada de ella aún pasmada y agregó:


"P.D. Aún te amo y no podemos ser amigos".

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