"...Te fuiste en el tren de las 16 hrs..." de Richard R. Crown, que da igual a que libro pertenezca. México, 2021 © Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra.
...en la otra vida, no permiten el acceso de la maleta de los recuerdos...
Lo primero que sus ojos vieron al abrirse fue una intensa luz resultado de que había amanecido dos horas antes, demasiado tarde para alguien tan entusiasta.
En cuanto pudo abrir más los ojos, miró el cristal de la ventana lleno de gotas de agua por fuera y vapor condensado por dentro. Lo primero que sintió fue un intenso dolor en el pecho, nada grave pero sabía que algo estaba movido.
Estaba deprimido, mucho, ya no había razón de seguir, solo había sufrimiento de vivir y eso no es vivir. Posiblemente, la diferencia entre estar entusiasmado y desahuciado es la expectativa y la aceptación.
Las expectativas mueren cuando se aceptan, se muere lentamente cuando el mundo no es como pensamos, se acepta la muerte cuando ya no quedan expectativas.
Aceptó la profunda depresión que corroboró al sentir su cara sin sonrisa, con la mayor seriedad. Generalmente de sonrisa automática y convencida al pensar en ella al despertar.
Como pudo se levantó y caminó al espejo del lavabo del baño. Tal vez como escena de terror, tal vez porque sus neuronas estaban lentas al funcionar en la realidad, pero claramente vio como su mismo rostro se movía aparte frente al espejo.
Sin duda escena de terror para salir corriendo, al darse cuenta que su propio rostro se burlo de él, con esa sonrisa que se burla de la desgracia ajena... y para aumentar el nivel de terror paranormal, él mismo aproximo sus manos a los labios para constatar que no había sonrisa... y el rostro del espejo mantuvo la sonrisa y la acentúo con sonrisa de provocar terror.
Sintió el cuerpo helado, cerró los ojos y salió del cuarto de baño a tientas, sin dejar de sentir pánico por su propio rostro que se burló de él... todo le daba vueltas.
Caminó al lugar de las medicinas y tomó un analgésico para el dolor de cabeza.
Jamás volvió a ver al espejo, lleno de terror ni de reojo volteaba al espejo mientras se bañaba en la regadera.
Se vistió con la ropa común, de hecho, desalineado. Sacó del closet una maleta pequeña. Y sin ropa, solo la maleta vacía, decidió que pensaría lo valioso para llevarse a la otra vida. Quizá los recuerdos, ese beso, y sin importar si esa falso todo lo vivido, se lo llevaría en la maleta por si acaso algún día quería recordar algo lindo del amor de su vida.
Al llenar la maleta, recordó su primera sonrisa,a la sonrisa de ella que él pensó que era para él, la sensación fue como un automóvil que se sale de la autopista para dar vueltas por el barranco sin esperanza alguna.
Cerró sus ojos y se dio cuenta que a la otra vida no se puede llegar con maleta alguna. Se quedó pensando unos minutos en silencio.
Salió de casa dejando abierta la puerta, ¡que más da! La maleta se quedó esperando en casa y tal vez, la imagen que se quedó en el espejo de él mismo en franca posesión paranormal, miraba la maleta riéndose del abandono.
Caminó a la estación de trenes, y compró un boleto de ida en el tren de las 16 hrs, jamás volteó a la ventana al alejarse, jamás levantó la cara.
Nadie lo recordó y nadie lo extraño, para todos, te fuiste en el tren de las 16 hrs sin derecho al recuerdo.
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