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"Te veo en 20 minutos..." (ver 2.0)

Actualizado: 8 jun 2019

“Te veo en 20 minutos” del nuevo libro "Sensitiva” de Richard R. Crown, México, 2019 © Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra.


... y "A", emergiendo de entre la cantidad de papeles... corrió al encuentro de "B"...


... ah claro, en la historia solo será "A" y "B", dónde ambas letras son solo letras románticas que son el inicio de una historia de amor ficticia desde luego, bueno, nadie lo sabrá...





... sí, de esos que no permiten respirar pero emiten frases de colores de "te amo", "me encantas", "te quiero", "te deseo"...

La realidad siempre supera a cualquier cuento romántico idealizado en un blog.


Está es una de esas historias en las que nunca nadie sabrá si fue realidad o cuento romántico, además para aumentar las dudas del lector, NO habrá nombres de princesa así como "la princesa determinada, adictiva y elemental... guapa que a su paso caminando deja envidia, amiga de todos, segura y encantadora con mirada que mata y sonrisa que derrite con la paz de su alma que solo será vista por las almas dignas" y tampoco de nombre de príncipes así como "el improbable príncipe elemental, básico, promedio presentable" (ja!, "improbable" es una gran palabra)....nada de esos nombres... solo será "A" y "B", dónde ambas letras son solo letras románticas que son el inicio de una historia de amor.


La historia se llama "Te veo en 20 minutos...".


...aparentemente solo había una pila de papeles sobre la mesa del escritorio, tan alta que no solo no se veía el color de la mesa, sino que no se sabía si había alguien trabajando en medio de todos los papeles... de esas típicas escenas en las que alguien con mucho trabajo vive envuelto en trabajo y cuidando la efectividad de su productividad.


De pronto, debajo de esa pila de papeles sonó un celular vía mensaje de "B", que decía a "A", "Te veo en 20 minutos... tengo algo decirte que debes saber y no puede esperar.... en tal cine, en tal sala,... y me importa un bledo el título de la película... ah! y porfa pide una charola de golosinas y algo de comida,....de esa comida sabrosa que hay que tener cuidado para maniobrar la charola horizontalmente".


Desde luego "A" conocía a "B" y "B" conocía a "A", charlas atentas, atinentes, diferenciadas, diligentes y buscadoras de almas a través de los ojos.


A "A" le pareció muy extraño el mensaje pero supuso que era algo urgente que debía decirse entre el ruido de la banda sonora... y emergiendo de entre la cantidad de papeles... corrió al encuentro de "B"... siguiendo las instrucciones de llegar con la charola de golosinas que por cierto, solo podía sostenerse con la dos manos.


Aún atolondrado "A" llegó en 19 minutos. Fue fácil encontrar a "B" esperando a la entrada de la sala de cine. "B" se veía radiante, vertical cuidada con actitud de sonrisa disimulada de "sí llegaste".


Aunque podría ser una mala noticia la que "B" le daría a "A", al ver la cara de "B", el semblante de "A" antepuso el gusto y le afloró el porte de conquista romántica.


"Ya tengo tu boleto..." y caminaron tres pasos en el pabellón que conduce a las butacas del cine... de pronto "B" dijo "espera", deteniendo el caminar de "A".


... y así, sin mayor espacio de palabras... "B" plantó un enorme beso a "A", sí de esos que son sin previo aviso... sí, de esos que que las manos atrapan el cuello para asegurar el embone perfecto... sí, de esos que no son coyunturales... sí, de esos que no permiten respirar pero emiten frases de colores de "te amo", "me encantas", "te quiero", "te deseo"... y aún con el equilibrio de la charola de golosinas, "B" se colgó del cuello de "A" perdiendo la vertical y ganando inclinación de escena romántica....pero salvaguardando la horizontalidad de la charola de las palomitas".


Cuenta la historia que la sala elegida de cine estaba prácticamente vacía, la película quien sabe como se llamaba... no sabemos si la película era de terror, de risa, o de amor... lo que sí sabemos es que ambos estaban muertos de la risa con cada escena... disfrutaban su risa mutua que se contagiaba entre ellos a través del toque de hombros... la charola de palomitas no estaba en medio de los dos... aprovechando el descansabrazos que decidieron dejar para dar solemnidad a tan grata ocasión, sintieron la piel de sus manos en diferentes posiciones... sí sabemos que cuando aparecía una escena romántica en la película, ambos soltaban lágrimas y se veían a los ojos como siendo ellos los protagonistas desde la butaca pero dejando que los diálogos naturales de romance rendido de la película hablaran por por ellos... y sí, también experimentaron reiteradamente si embonaba bien la sensibilidad y sabor del beso inicial.


La película acabó, prendieron las luces, él se levantó antes, acomodó su saco.. y ya de pie, con un gran abrazo de saco acomodado... tomados de la mano salieron de la película cuidando el paso al caminar... sí, de ese cuidado en el caminar mutuo que sincroniza los pasos... patognomónico del lenguaje no verbal.


La señorita que recoge las charolas al salir, no les quitaba la vista y solo dijo sin poder aguantarse la risa "eh!, mmm!, eh!, ya no ocupan la charola verdad,... aquí se las quito para que no les estorbe ¿o la quieren conservar de recuerdo de hoy?… digo podría hablar con el gerente para que la conserven".



…y bueno, sí, así fue la historia épica de corazón esperanzado, con tinta de alma inflada en un lienzo de azúcar glass…


Tiempo de elaboración: Inicialmente 20 minutos.... después no volvimos a ver el reloj.


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